jueves, 29 de abril de 2010

QUINTO MENSAJE

Dad gracias al cielo por la oportunidad de estar vivo y de aprender, en este nuevo día.

Dad gracias a todo lo que te rodea, las plantas, los animales, a todos los seres vivos.

Dad gracias al cielo, que te guía, que no te abandona.

Dad gracias en el momento del desayuno a los alimentos que se van a consumir. Podeis hacer una venia, con las manos en el pecho en forma de oración, con una inclinación de cabeza, pensando en el agradecimiento, con eso es suficiente.

Dad gracias por las personas que te rodean, porque ellas tienen su función en vuestras vidas. El encuentro con cada una de ellas no es casualidad.

Debéis agradecer el almuerzo, la cena, todos los alimentos que recibís. Las frutas se toman con las dos manos, se agradecedle a ellas y al cielo, por permitir el consumirlas.

Agradeced durante el día por cada cosa que pase, por las cosas que no os parecen tan buenas, y las que sí. Que os parecen, porque es cada uno en su percepción. Pero todo tiene su finalidad.

Perdonad, insistid en el perdón. El camino del perdón es a través del amor. Olvidad los agravios, las malas situaciones a través del amor. Así como yo os he amado, ustedes pueden amarse, y perdonarse. Como les dije antes: ¿Quién no perdona al ser que ama? ¿Quién no sopesa ese amor y borra –del otro lado de la balanza- el odio o el rencor? Así es el amor. Todo lo llena, todo lo cubre, y es más poderoso que cualquier otra cosa. Por Amor estamos aquí, por el Amor que les tengo, y por el amor que algunos me profesan. Porque hay otros que no se atreven a hacerlo, por temor.

Esta es la esencia del mensaje que os traigo hoy.
La vida debe ser un ritual, un ritual de Amor, de sanación. Pero sin el perdón no se puede llegar a esto, nunca. Quien alberga odio en su corazón, es una persona impura,

y no tiene cabida para el amor.

No pueden estar los dos: El odio y el Amor, en el mismo lugar.

El Amor arropa el odio y os hace perdonar. El amor cubre al odio y lo transforma, ganando espacio, poco a poco, en vuestro corazón, hasta que lo único que queda es el Amor.

Como un gran sol en vuestro pecho, esa sensación de amor, de estar enamorado, os sirve para perdonar.

Perdonaos pues los unos a los otros para que puedan llegar al Padre, aquí y ahora, para que puedan sanarse.

Quien no perdona no estará sano. Y el momento es ahora.

Al decir que el día a día es un ritual, es hacer las cosas con Amor, pensar en lo que se está haciendo, hacerlo con agrado, con entrega, en disposición de lo que se está haciendo, confiando en el cielo, en mi padre, en Mí. En los Ángeles, los Árcángeles, en los demás maestros, en todo cuanto se crea.

Confiad. Y si el día a día es un ritual, nadie debe temer, porque los rituales traen tranquilidad, entonces el día a día os traerá tranquilidad, calma, eso os ayuda a ver la vida de otra forma, sin tantas preocupaciones, sin ser tan hostiles, sin tanta ira, sin tanto rencor.

¿Cómo voy a odiar a una persona que amo? Y si amo a todo lo que me rodea, dónde hay cabida para el odio? Es como odiarse a sí mismo.

Porque también deben aprender a amarse a sí mismos, para poder amar a sus semejantes.

Que la luz brille para siempre en ustedes.



-Todos los símbolos de reiki están activos dentro de ti. Estás a través de ellos conectada con el cielo, con la tierra, y a través de tu corazón con todos los seres humanos. En esa amorosa protección de los símbolos de reiki, vas a ir a la pirámide interior, a la pirámide de tu fuego interior. Honshazeshonen, ¿lo ves?, recuerda que Él, es la llave del tiempo y la distancia, atraviésalo. Daikomyo, el Maestro de las dimensiones espirituales. Atraviesa su espiral y entrarás en tu dimensión espiritual. Ahora. Muy bien. Comienza a visualizar la pirámide de tu fuego interior. Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Durante toda la terapia permanecerás consciente de lo que sucede, y podrás salir de lo que no te guste, al final, pronunciaré la palabra cancelado, y con lo cual todo lo que yo haya dicho será cancelado, y no tendrá ninguna influencia sobre ti. ¿Comprendes eso? Bien. Ahora dime lo que ves.

-Veo la pirámide, afuera de ella no hay nadie. Betzhabeth me llama, y yo voy a su encuentro, ella me agarra de la mano – como siempre-, y me da un beso, caminamos hacia la pirámide. Nos quedamos en la entrada de la primera cámara, en el lado izquierdo. Está muy iluminada. Veo mucha luz blanca. Me siento como si estuviera más pequeña, o como si la pirámide fuera más grande que antes. Las personas que veo en ella también son más grandes. Veo una luz blanca, es el Maestro. Está más grande. Se acerca a mí. Siento una cosa aquí, en el corazón, como si me estuviera ahogando…

-Tranquila, respira profundo, inhala por la nariz y exhala por el corazón. Continúa respirando así.

¿Por qué estás nerviosa?

-No lo estoy. No lo estoy Maestro.

Estás nerviosa, a mí no me puedes engañar.

El Maestro pone su mano en el corazón de Andreah. ¿Por qué no lo aceptas? Le dice. Sólo tienes que convencerte que estás lista, no te va dejar de doler el corazón hasta que no lo aceptes. Ha pasado mucho tiempo y aún crees que no estás lista. Debes hacer la Runa, eso te ayudará. Vas a recibir ahora el quinto mensaje.

Dale gracias al cielo por la oportunidad de estar viva y de aprender, en este nuevo día.

Dale gracias a todo lo que te rodea, las plantas, los animales, a todos los seres vivos.

Dale gracias al cielo, que te guía, que no te abandona.

Dale gracias en el momento del desayuno a los alimentos que se van a consumir. Puedes hacer una venia, pequeña, con las manos en el pecho en forma de oración, con una inclinación de cabeza, pensando en el agradecimiento, con eso es suficiente.

Da gracias por las personas que te rodean, porque ellas tienen su función en vuestras vidas. El encuentro con cada una de ellas no es casualidad.

Debes agradecer el almuerzo, la cena, todos los alimentos que se reciban, las frutas, se toman con las dos manos, se agradece a ellas y al Cielo, por permitir el consumirlas.

Se debe agradecer durante el día por cada cosa que pase, por las cosas que no os parecen tan buenas, y las que sí. Que os parecen, porque es cada uno en su percepción. Pero todo tiene su finalidad.

Perdonar, insistir en el perdón. En el perdón. El camino del perdón es a través del amor. Olvidar los agravios, las malas situaciones con otras personas a través del amor. Así como yo os he amado, ustedes pueden amarse, y perdonarse. Como les dije antes: ¿Quién no perdona al ser que ama? ¿Quién no sopesa ese amor y borra –del otro lado de la balanza- el odio o el rencor? Así es el amor. Todo lo llena, todo lo cubre, y es más poderoso que cualquier otra cosa. Por Amor estamos aquí, por el Amor que les tengo, y por el amor que algunos me profesan. Porque hay otros que no se atreven a hacerlo, por temor.

Esta es la esencia del mensaje que os traigo hoy. La vida debe ser un ritual, un ritual de Amor, de sanación. Pero sin el perdón no se puede llegar a esto, nunca. Quien alberga odio en su corazón, es una persona impura,

No tiene cabida para el amor.

No pueden estar los dos: El odio y el Amor, en el mismo lugar.

El Amor arropa el odio y os hace perdonar. El amor cubre al odio y lo transforma, ganando espacio, poco a poco, en vuestro corazón, hasta que lo único que queda es el Amor.

Como un gran sol en vuestro pecho, esa sensación de amor, de estar enamorado, os sirve para perdonar.

Perdonaos pues los unos a los otros para que puedan llegar al Padre, aquí y ahora, para que puedan sanarse.

Quien no perdona no estará sano. Y el momento es ahora.

Para las personas que no le es fácil perdonar, ustedes deben hacerle terapia de perdón a través del amor, se debe hacer la terapia del perdón: aprender a perdonar a través del amor, haciendo charlas, y visualización de esa fuerza del amor que se lleva al odio, y siente sólo amor. Sentirse enamorado de todas las personas desde el corazón. Recordar esa sensación de estar enamorado ayuda a sanar, a perdonar. Quien no perdona, no estará sano. A todos nos ha quedado claro eso. Ese perdón puede trascender por años, si no se arropa, si no se hace algo con ese odio, -que no es sano-.

Mis amadas, ya han llegado a ese punto en que no se pueden echar para atrás, ni retroceder. Retroceder es dudar de mí. No se puede permitir que alguien se interponga. Esos que creen que tienen el conocimiento, pero no es así. Recuerden el cuarto mensaje, hay que ser valientes, pero también pacientes.

Al decir que el día a día es un ritual, es hacer las cosas con amor, pensar en lo que se está haciendo, hacerlo con agrado, con entrega, en disposición de lo que se está haciendo, confiando en el cielo, en mi Padre, en Mi, en los Ángeles, los Arcángeles, en los demás Maestros, en todo cuanto se crea. Confiar. Y si el día a día es un ritual, nadie debe temer, porque los rituales traen tranquilidad, entonces el día a día les traerá tranquilidad, calma, eso los ayudará a ver la vida de otra forma, sin tantas preocupaciones, sin ser tan hostiles, sin tanta ira, sin tanto rencor. ¿Cómo voy a odiar a una persona que amo? Y si amo a todo lo que me rodea, dónde hay cabida para el odio?.Es como odiarse a sí mismo. Porque también deben aprender a amarse a sí mismos, para poder amar a sus semejantes. Que la luz brille para siempre en ustedes. Por hoy es suficiente.

-Inclina tu cabeza ante el Maestro en señal de agradecimiento. Pregúntale si debes saber algo más antes de salir de la pirámide.

-El Maestro me dice que de éste no, que el sexto mensaje es después.

-Muy bien, sal de la segunda cámara, y observa en la primera cámara el altar. ¿Lo ves?

-Sí.

-Muy bien, observa cómo todos tus Guías y Maestros Espirituales te rodean ayudándote a sanar activando con su luz y su amor cada una de las pirámides en tus centros energéticos, las rodillas y los pies. ¿Lo ves?

-Siento un frío aquí-. Dice con temor Andreah, mientras toca su entrecejo.

-Quiero que visualices a los Maestros. ¿Qué ves?

-Veo que el Maestro Jesús está en mi cabeza, tiene las manos puestas en mi cabeza. Está San Germain tiene sus manos aquí, en mi hombro izquierdo, Betzhabeth en el derecho.

-Muy bien. Permite que todos los Guías y Maestros -que están en tu presencia-, los Ángeles y los Arcángeles, te ayuden a reactivar la energía de todos tus cuerpos y a drenar aquella energía que no necesitas. Las pirámides se activan, activando cada uno de tus centros energéticos, y con ello, recargando todo tu cuerpo de energía. ¿Lo ves?

-Están muy doradas, las pirámides. Y aquí hay como una luz verde, y donde ellos están hay un blanco, un blanco muy brillante. Están todos alrededor. Veo la cara de Cristine, las otras no las diferencio.

-Continúa.

-El altar es como un rectángulo, pero alcanzo a ver como una línea, como si fuera un círculo, en el fondo del altar es un óvalo, grande, es como el lugar donde tiene que estar la persona, adentro, como una división. Hay algo, como una, un, como algo negro, en mi columna, como un fluido, un líquido negro. Ellos dicen que es la duda, que sale del cerebro, que se está yendo, como agua oscura. Baja por toda la columna, y sale por la base de la columna, entre los riñones… ¿Mic men? Sale de mí y baja como por la base de la camilla, por en el centro, como por un tubo, y por ahí drenan las aguas, donde son transformadas, pero sigue saliendo, sigue saliendo. El agua lo transforma como en un remolino, el agua donde cae la cascada, transforma eso de mi columna y lo disuelve, poco a poco. El dice algo del ojo. Son cosas que voy a ver, que voy a empezar a ver. Dice que yo sí sé que estoy lista… que al tratar de pensar que no, es peor, porque más me lo va a demostrar. El castigo fue no darme el mensaje ese día, Abril 7. Para ese día estaba estipulado. El dice que ya mandó unas guías con la doctora, que se van a completar cuando yo crea que estoy lista… cuando yo lo crea, porque El dice que yo estoy lista, y que yo lo sé también, tienes que creer, el mayor error es no creer. Ya ha dejado de drenar.

-Muy bien, visualiza todo tu cuerpo. ¿Cómo está?

-Hay violeta, hay mucho violeta.

-¿Cómo están tus riñones?

-Están dorados, muy, muy dorados.

-Permanece en este estado de sanación y armonía en todos tus cuerpos. ¿Estás lista para volver?

Adrany asiente con su cabeza, estirando ligeramente sus músculos en la camilla.

-Voy a contar de cinco hasta uno, para que vuelvas aquí y ahora en armonía con todos tus cuerpos, volviendo a tiempo presente. Cinco, cuatro…

-Betzhabeth dice algo…

-Escúchala, ¿qué dice?

-Me muestra la cadena de ella y se pone el dedo en la cabeza así, como de memoria.

-¿Cómo para que recuerdes algo? Mira la cadena, ¿cómo es?

-Es un círculo de plata, adentro está la estrella, la estrella de seis puntas. Quiere que recuerde mi misión.

-Muy bien, vas a volver aquí y ahora. Cinco, cuatro: hazte consciente de tu respiración. Tres: vuelve a percibir tu cuerpo físico. Dos: Abre tus sentidos en este lugar…Uno. Cancelado. ¿Estás aquí?

-Sí.

-¿Cómo te llamas?

-Adranny.

-¿Qué día es hoy?

-Lunes doce de Abril… Dos mil diez.

-¿Qué escuchas?

-A usted. Y una música China.