domingo, 21 de marzo de 2010

PERGAMINO NÚMERO DOS


Segundo Mensaje

“Somos una luz que no se apaga".

 "No debes temer, Dios está en ti.”

“Si me buscas me hallaréis, sólo debes creer.”



-Deben hacer de ahora en adelante la terapia de purificación con la pirámide al Planeta Tierra-. Dice el Maestro.

-Deben visualizar que sostienen entre tus manos la pirámide y dentro de ella visualicen el planeta tierra. Observen cómo recibe la luz de Amor y Sanación. Conéctense en una red con todos los Guías y Maestros de Luz que están enviando Sanación al Planeta Tierra-.

-Debemos intentar sanar lo que queda de ella. Verán aún mucha destrucción. Seguirán aconteciendo movimientos de tierra, agua y fuego. Hay un huracán, en el Norte de América, para el 3 de Abril del 2010-.

-Hay que visualizar que protegemos la tierra, desde ahora. Hay que visualizar que la pirámide la nutre de energía, la reaviva, mientras la sostenemos en nuestras manos. Esto hay que hacerlo durante tres meses, para evitar una gran catástrofe. Hay unas catástrofes que sí van a suceder, porque eso ya está dado, mucha agua, vientos fuertes, como una tormenta, incluso aquí, en esta ciudad, pero si hacen la terapia, si se unen entre ustedes, todo esto será menor”-. El Maestro.

Cartagena. Colombia, Marzo 4 del 2010.


LA CANALIZACIÓN DEL MENSAJE.

Andreah se arrodilla, y con las manos en su corazón inclina su cabeza.

-Qué haces aquí?. Le pregunta el Maestro.

-Estoy lista para escuchar el segundo mensaje.

-¿Cómo lo sabes?-

- No lo sé.

El Maestro se queda en silencio. Andreah lo piensa un poco y responde, más decidida.

-Estoy aquí para escuchar el segundo mensaje. Estoy lista.

-Busca los símbolos que te llevarán al Segundo Pergamino.

Andreah avanza hacia el centro de la pirámide, tocando los bloques dorados de la pared que está a su izquierda. No están los símbolos del mensaje anterior.

-Los símbolos aparecen sólo en su momento.

Llegando hacia la pared de enfrente, alcanza a palpar un bloque dorado con un grabado como un sol, con el número 2 escrito después del símbolo, en el mismo bloque.

-¿Hay algún otro símbolo en las paredes?. ¿ Puedes ayudarme?-. Pregunta Andreah.

El maestro guarda silencio. Betzhabeth interviene con suave determinación.

-Andreah, visualiza la Planta Espíritu que viste en tus sueños. Busca el segundo pergamino ahora. ¿Lo ves?-.

-Sí.

-¿Qué dice?.

Andreah desentierra un pergamino amarillento, escrito con una gruesa tinta negra. Andreah susurra cada palabra, como si las construyera, una a una, por primera vez.

-“Todos somos una luz que no se apaga… Me duele el pecho-. Dice Andreah, separando sus ojos de los jeroglíficos.

Betzhadeth toca su corazón y le pide que respire profundo. -Sigue leyendo-. Le ordena amorosa.

-¡El pergamino está roto, no puedo ver el final!.

-Andreah, une los pedazos que tienes y dime qué lees.

-“No debes temer…”. No, no estoy segura qué dice, alguien lo ha visto antes y lo ha destruido.

Betzhadeth guía a Andreah por el laberinto del tiempo y a un instante seguro, frente a la Planta Espíritu que guarda los siete mensajes. El segundo pergamino es mediano, hermoso como el mármol, enrollado con una cinta rojo rubí tejido hilos dorados.

-Léelo Andreah.

- Tiene una fecha. Octubre 27. No tiene año. Sólo dice:

“Octubre 27. Somos una luz que no se apaga. No debes temer, Dios está en ti…”

Andreah hace una pausa. Su voz se torna débil y afligida. Betzhadeth sigue enviando mucha energía a su corazón. -Andreah, continúa-. Le anima.

-“Si me buscas me hallaréis, sólo debes creer.”

-Eso es todo-. Dice Andreah, guardando silencio unos segundos.

Andreah acerca su cuerpo al de Betzhabeth, y temblando, débil, se le entrega. Betzhabeth la lleva suavemente hasta sentarla cerca a una de las paredes de la pirámide y la abraza, encendiéndose en ella una luz dorada que las circunda a las dos, y en su tibieza, le devuelve el aliento, le devuelve la serenidad. Permanecen en el suelo, muy juntas, durante algún tiempo. Andreah se incorpora ligeramente, cruza sus piernas, cierra los ojos y respira profundamente.

-Abre tus manos-. Dice el maestro.

Andreah observa entre sus manos una pirámide.

-Éste es el modelo de la pirámide que debes usar, recuérdalo-. Le dice el maestro.

La pirámide tiene 7.5 cm de base por 11.3 cm de alto. Tiene cuatro lados y una base, y llega hasta la punta, todas las paredes son lisas y aunque no es maciza, pesa ligeramente. Es de cobre. Tiene un papel blanco en la base, en el cual está escrita la palabra SANACIÓN.

-Se escribe en un papel blanco, normal, siempre el mismo color, siempre en la base. Lo que se escribe depende de lo que la persona necesite sanar-. Aclara el Maestro. -La pirámide se ubica donde la persona lo necesite-. Continúa el maestro. Si es el corazón, en el corazón, si es en el estómago, en el estómago, y se escribe en el papel el lugar que la persona desea sanar. Para terapia completa, bendecir la pirámide. Hay que sentarse en el piso en posición de flor de loto, invocar Al Dios Universal, Al Cristo, a los Maestros, a los Ángeles, a los Guías Espirituales. Si cree en algún santo, que lo invoque también. La pirámide se ubica en la frente, luego en el pecho, en el ombligo, en los genitales, en las rodillas juntas y en los pies juntos. El tiempo de la terapia depende de lo que la persona necesite, media hora, tres horas, depende. La pirámide se debe limpiar exponiéndola al sol. En la mañana de 7 a 8 y en la tarde de 4 a 5. También se carga de energía de esta manera. Se puede poner una botella transparente con agua cerca a la pirámide, en el momento de la limpieza. La primera se bota, y la segunda se puede utilizar para tomar, para bañarse, para hacer la comida. Si quiere tener más energía y potencia en esa agua, se le hace Reiki, haciendo la invocación, activación, purificación y sanación. En la espalda se puede poner la pirámide, únicamente en la curva de la zona lumbar, entre los riñones-.

El maestro hace una pausa, mira a Andreah, quien lo observa atenta, grabando en su esfera mental las instrucciones.

-La persona debe visualizar cómo entra desde la punta de la pirámide la luz del Cielo, que se amplía grandemente hasta la base. Esa luz limpia el lugar donde cae, comenzando la terapia en el entrecejo, limpia la zona del cuerpo donde se encuentra la pirámide, y va limpiando todo, hacia los pies. Así cada vez, cuando se ubica la pirámide en el corazón, va limpiando desde allí hasta los pies, de nuevo, y luego se ubica en el ombligo, y limpia por tercera vez, y así en todos-.

El maestro se acerca a Andreah y la toma entre sus brazos, levantándola del suelo.

-Debes también hacerle de ahora en adelante la terapia de purificación con la pirámide al Planeta Tierra-. Dice el Maestro en voz alta, y el eco de su voz se multiplica eternamente dentro de la pirámide.-Debes visualizar que sostienes entre tus manos la pirámide y dentro de ella visualiza el planeta tierra. Observa cómo recibe la luz de Amor y Sanación y puedes ver cómo se va sanado-.

El maestro se aleja, observando en el vacío. -Debemos intentar sanar lo que queda de ella-. Continúa hablando. - Verás aún mucha destrucción. Seguirán aconteciendo movimientos de tierra, agua y fuego. Hay un huracán, en el Norte de este Continente…

Abatida, Andreah observa al Maestro, acompañada amorosamente por Betzhabeth.

-Abril 3 del 2010-. Contesta el Maestro, anticipándose a la pregunta de la niña.

-Hay que visualizar que protegemos la tierra, desde ahora. Hay que visualizar que la pirámide la nutre de energía, la reaviva, mientras la sostenemos en nuestras manos. Esto hay que hacerlo durante tres meses, para evitar una gran catástrofe. Hay unas catástrofes que sí van a suceder, porque eso ya está dado, mucha agua, vientos fuertes, como una tormenta, incluso aquí, en esta ciudad.

Andreah observa a través de su energía mental, palmeras azotadas luchando por mantenerse en pie ante las frías en inmensas olas, son las tres de la tarde del 3 de abril del 2010.

-¿Para qué quieres saber esas cosas?. Irrumpe la voz del Maestro en las imágenes que observa Andreah en su esfera mental.

-Por qué quiero ayudar.

-Está bien, pero hay muchas cosas que no se van a poder evitar…

-¿Qué puedo hacer?.

-Hay que orar. No para quedarnos, sino para estar tranquilos. No debes preguntar si te vas a quedar. ¿Para qué quieres saber?-. El maestro se anticipa de nuevo a sus palabras. –Nadie debe saberlo. Nadie debe saber si se va o se queda, porque eso previene a las personas...

-Sólo quien lo merece se queda, o se va-. Dice luego de un largo silencio.

-Andreah, tú lo sabes-. Responde el Maestro, después de una pausa. -Tu sabes quién Soy-. ¿Por qué dudas?.

Andreah no confía en lo que está experimentando, no quiere aceptar lo que escucha. Se tapa los oídos, y en su desesperado intento, escucha el palpitar apresurado, el silencio del lugar, sus pensamientos, los pensamientos del Maestro…

-Me duelen los oídos, me duele el brazo, me falta el aire-. Dice Andreah, sollozando.

-Aún debes saber algo más, pero estás muy ansiosa, mejor espera…

Betzhabeth se acerca y toca la espalda de la niña. Permanecen en silencio, y luego de una pausa la hace girar sobre sí, toma sus manos, mirándola desde dentro, ayudándola recobrar la calma.

-Sólo te voy a dar una pista. Celeste va a nacer-. Dice el Maestro, sin mirarla.

-Eso quiere decir que vas a estar en el planeta mucho tiempo-. Susurra Betzhabeth, tocando su corazón, enviándole hermosos rayos de luz violeta.

-¿Hay algo más que deba saber?. Pregunta Andreah, rompiendo bruscamente el silencio.

-Sí. Ya te lo dije. Pero debes esperar. Las pirámides que tienen en la tierra no las construyeron ustedes. Pero eso es otra historia-. Dice el maestro.

Andreah, contiene el aliento, se abstiene de preguntar.

-Si de verdad crees. Por qué no aceptas que fueron ellos?. Señala el Maestro, tomando los pensamientos de Andreah.

-Sí, fueron los habitantes de Marte. Ellos los observan a ustedes-. Dice el Maestro con picardía. -Aunque de verdad ellos no existen…

-¿En cuerpo físico?. ¿No existen en cuerpo físico?-. Pregunta Andreah, interesada.

-Están y no están.

-¿Ese cuerpo, no es real?.

-No es real, ningún cuerpo es real.

-¿Maestro, usted tiene cuerpo físico ahora en el planeta?.

-No. Tuve, hace más de dos mil años… ¿Estás confundida?-. Le pregunta el Maestro.

-Dejémoslo así-.

Betzhabeth pasa su brazo por los hombros de la niña, pero luego da un paso atrás. El Maestro toma las manos de la niña un momento, mirándola a los ojos, y extiende sus brazos, en un amoroso y tierno abrazo. Abrazo de Padre, de Madre.-Todos somos Maestros-. Le dice, inclinando ligeramente su cabeza.

Andreah sale de la pirámide, y toca el agua que la rodea completamente, y ya sola, desciende las escaleras, sin mojarse, hacia la profundidad…

-Dile que tiene una cita en la pirámide-. Dice el Maestro.

-¿A Quién?. Pregunta Andreah.

-A ella. Dile que la estoy esperando. Tengo algo que decirle.

Ante la duda, me quedo en silencio.

-Te estoy esperando-. Repite, esta vez dirigiéndose hacia mí.

Vacilante, me atrevo finalmente a responder: Iré esta noche.

El Maestro responde:

-Que así sea.

Marzo 4 del 2010.

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